Si por algo destaca Menorca es por sus playas vírgenes y eso es gracias a lo difícil que resulta acceder a ellas. Y cuando digo vírgenes me refiero a poco explotadas y rodeadas de vegetación, no a que vayáis a estar solos porque por lo menos en verano, ¡eso es imposible!. Hasta hay vendedores de fruta 🍍🥥🥭 en carretilla que aún a día de hoy me pregunto cómo llegan ahí🤔 Así que si no queréis pegaros el madrugón para poder encontrar sitio en alguna de ellas aquí os traigo la solución: alquilar un barco sin licencia.
Sí, sí, lo que leéis. Ni PER ni nada. Basta con que seáis atrevidos y disfrutaréis de las calas más recónditas.
Se trata de pequeñas embarcaciones a motor muy fáciles de navegar. Palanca con marcha alante/atrás y timón. Os recomiendo totalmente que os atreváis con esta divertida experiencia.
En la isla hay varias empresas que se dedican a este tipo de alquiler y se pueden alquilar por medio día (4 horas) o día completo (8 horas). Los precios varían según la temporada pero desde 160€ ya podréis surcar los mares.
Yo recomiendo alquilarlo en Cala Galdana por la cercanía con las calas más bonitas. En menos de media hora os pondréis en Cala en Turqueta, pasando por Cala Macarella y Cala Macarelleta. O hacia el otro lado Cala Mitjana y Cala Trebalúger.
Además te dan una nevera con bebida para que no te de una pájara🥵 Recordemos que en los meses de verano fácilmente se alcanzan los 40°C.
También podréis adentraros en cuevas que, de otra manera, no sería posible. Menorca está llena de ellas debido a su formación por restos de organismos marinos.
¡Lo pasaréis genial saltando de cabeza! (o intentándolo) 🤣🤣🤣
¿Os atrevéis?